viernes, febrero 04, 2011

De como saliar a caminar, sin esperar nada... (Leer con la música del link)

Ayer salí de la casa de mi amiga Julia y decidí caminar por la ciudad de Buenos Aires,suelo tener la costumbre de disfrutar mi ciudad como si fuera un turista en ella.
Me gusta recorrer y encontrarme con nuevos paradigmas. Me cruce con un puesto, una mantita en la calle donde había un montón de saltamontes hechos con hojas de palmera.
No era la primera vez que los veía. Estando en Rio el año pasado, en Ipanema me encontré con un muchacho que los hacía, Pero quien no quería enseñarme a hacerlos.
Edgar tiene 52 años, es uruguayo, se fue de su casa muy joven y recorrió durante más de 30 años el mundo. Vivió en china unos 9 años.
En Oriente aprendió varios dialectos, es por eso, que todos los chinos de la ciudad hablan de de él, le ofrecen trabajo, lo quieren capitalizar, pero su semblante se escapa... esta calmo, tranquilo... “Yo elijo vivir el mundo" como si la inmensidad de la ciudad no lo tocara... Como si no fuera Real.
Aprendimos de nuestras vidas y nos sentamos a charlar. Me conto esta historia:

Estando en China un anciano se me acerco una vez... y me dijo:

Anciano: thats a beatiful work.
Edgar: 謝謝,我喜歡你 喜歡他們 (gracias, me gusta que sean de tu agrado)
Anciano: You speak Chinese so good.
Edgar: Que bien vos, que hablas Ingles tan bien.

Hablamos un rato... asi... como vos y yo... y en un momento me dijo:

Anciano: tengo un regalo para hacerte...

Y así fue como aprendí, sobre los saltamontes, son milenarios, son un arte perdido.

Edgar quería dormir en un Hostel. Asique aprovechando mis conocimientos en el tema, fui a mi antiguo trabajo a ver si había habitaciones disponibles. Los Hostels de Buenos Aires estaban repletos, durante mi caminata pude detectar las palmeras de las cuales Edgar sacaba las hojas.
Hasta que recordé que en el hotel intercontinental en los patios hay algunas de estas en el lobby, entre al hotel y busque por los patios algunas hojas frescas, Es importante para construir esta artesanía que la hoja sea fresca y flexible, me decía Edgar.
No conseguí habitación por ningún lado asique volví a encontrarme con el sabio viajante, compre una pizza y cuando llegue el ya había comprado una cerveza. Comimos durante varias horas y aprendimos muchísimo mas...
Nos separamos sabiendo que es probable que nos veamos en algún próximo carnaval. Me enseño a hacer el saltamontes, yo le ofrecí enseñarle a hacer bonsáis, quizás la vida nos vuelva a cruzar. Quizás no. Pero una vez más entendí que gigantes son los mundos y lo rápido que uno puede entrar y salir de ellos sin darse cuenta.

Julia me dijo hoy:
Ahora sabes hacer saltamontes.
Y la verdad… estoy aprendiendo…
蚱蜢

1 comentario:

Leo Lima y Limon dijo...

Me encanto ale, esta historia me la contaste la primera vez que hablamos!!!

hermosa!